Hola a todos,
Me váis a perdonar, pero un programa de radio hace que te cambie tu vida.
He estado en las Quimbambas. Es la capital de una zona muy bonita de las antípodas. Desde que explicaron que era el lugar más lejano que podías visitar, tenía ganas de ir. No os podía decir nada porque me seguían los "paparachis". Yo quería comprobar que, estando de pie en Australia, no te caías. Me lo había asegurado Dª Julia. Me tuvo que convencer de que la fuerza que nos sujeta unidos a la tierra es la gravedad. ¡Puse cara de excéptica!. Yo, en aquel tiempo, estaba intentando comprender lo de los polos positivo y negativo del imán, que siempre que cortabas un trozo a la mitad, volvías a tener polo positivo y negativo. Cogí un imán y una sierra y se me quitaron las dudas. ¿Qué descubrimiento?. Era verdad. Hacía más "imancitos" y si, seguian atrayendo o repeliendo según el polo. Nosotros lo que habíamos experimentado era con un boli, lo restregabas en un jersey de lana y cojía los palelillos que habías cortado. Eso sólo atraía. ¿Os acordáis?.
Pero lo otro no lo entendí hasta que me explicó que el núcleo de la tierra era el Ni-FE. Ahora, simplemente quería comprobar esa teoría que estuvo unos días en mi cabeza dando vueltas. Al rato de mirar aquel globo terráqueo que teníamos en la escuela y ver dónde estaba Australia, tenía la sensación de que se te subiría la sangre a la cabeza. Si lo miraba con el mapa mundi, me quedaba más tranquila.
En la cadena de radio me ofrecieron un viaje donde más ilusión me hiciera. Quisieron que me sintiera REINA POR UN DIA. Cogí el destino más lejano posible. Cuando tenga que pagar yo ya me cogeré algo más cercano y barato. Tuve que hacer escala en Milán y Sindney. El "Jet Lag" no lo he notado porque tardé 24 horas en llegar, vamos que era la misma hora que cuando salí de aquí y no he tenido sueño. ¡Como estoy acostumbrada a no dormir!. Llegué allí sin estar cansada y aproveché para darme una vuelta poniendo bien los pies en el suelo, por lo que pudiera pasar. Me hubiera gustado tener aquella plataforma que tenían vuestros indios, para sentirme más segura.
Dejé en casa contratada a una secretaria para que fuera contestando el teléfono y seleccionando los nuevos proyectos que, a raiz del programa, me saldrán. Le dije que fuera contestando los mensajes del foro. Se ve que se lo leyó TODO, pero cuando ví la poca delicadeza con que trataba a mis amigos de toda la vida, la curiosidad que no se la podía aguantar, lo directa que era, la poca paciencia y ganas de meter caña que tenía ,decidí despedirla. Tomé rápidamente un avión y he regresado ahora mismo.
Me he encontrado el teléfono descolgado y ella en la cama con mi marido.
Como podéis comprobar, a Don Miguel sí le contesté yo. No se entiende mucho pero él y yo sabemos de qué va. Es una vieja historia. Lo que más me preocupan son los intereses de demora pero creo que podré pagar. He ahorrado mucho este tiempo. Siempre lo he tenido en mente y por eso fuí a la radio. Supongo que ahora , a final de mes, Manuel me dará el resto. Las deudas obligan a hablar del pasado. ¡Pero las deudas hay que pagarlas!.
Volviendo a la secretaria, los mensajes no los firmó, con lo cual, ahora no puedo demandarla.
A mí me gustaba más EL VIRGINIANO. Los sábados a las cuatro estaba yo allí esperando. Era más larga que BONANZA y un poco más tranquila y tenía ese poquito de romanticismo necesario en cualquier historia. De todas maneras, donde estuviera ESTUDIO UNO, que se quite todo lo demás.
Paquita Martos