1.- De hombres y empresas.
En ocasiones, a priori, resulta una incógnita revelar la multitud de factores que intervienen en la concreción de los hechos humanos: En suma, de la huella que los hombres a lo largo de la historia y en el seno de las más diversas coyunturas, han dejado para la posteridad. Las infraestructuras, las obras de ingeniería civil son como archivos que nos trasladan a los momentos de su construcción. Si las miramos con la atención necesaria, podremos analizar muchas de las variables que intervinieron en su gestación. En todo caso, la presencia del hombre es el factor más importante de todos.1 Así nos daremos cuenta del momento histórico en el que se desarrollaron los acontecimientos, porque y como se consiguieron aunar voluntades para alcanzar un objetivo específico, de que modo actuaron con relación a los estímulos externos e internos de su propia microsociedad, etc.
Cualquier manifestación social (y la ingeniería civil es una más), significa la confluencia de varios factores que ordenados de la forma precisa, favorecen que una actuación se concrete en un momento y que resulte más complicado en otro. El comportamiento y la gestión de la fuerza humana como elemento principal de la creación de obras materiales, es uno de los atractivos principales de la historia. En este sentido, los conflictos sociales en el mundo fabril, actúan como reguladores que manifiestan la evidencia de que los objetivos empresariales están vivos y caminan paralelamente con el avance de inquietudes colectivas. De modo general, la construcción de una presa nos permite observar la creación de una microsociedad, que está directamente relacionada con el mundo en el que se inscribe su actividad y que es permeable a los potenciales cambios.
Para centrar el estudio y anticipando algunos conceptos observo que dentro del universo que nos ocupa, confluyeron –entre otros- los siguientes aspectos.2
• Voluntad y consciencia colectiva que manifiesta la necesidad vital de construir algo útil y necesario.
• Una situación económica y tecnológica que favoreció estos impulsos imaginativos.
• Un espíritu y ambiente de trabajo especial que impregnó y cohesionó de forma homogénea las voluntades colectivas.
• Una cultura empresarial que rigió casi místicamente el desarrollo de los proyectos y la gestión de su capital humano.
A continuación se expone un trabajo que mucho tiene que ver con lo anunciado anteriormente. Es cierto que la electricidad ha sido y es un sector directamente relacionado con el desarrollo socioeconómico de las sociedades modernas. De este modo, las empresas eléctricas que hicieron posible estas realidades constituyen un importante atractivo desde el punto de vista de las investigaciones multidisciplinares (economía, empresa, sociología, psicología industrial3, medicina laboral, historia empresarial, arqueología industrial, estudios jurídicos…). A nosotros nos preocupa sobre todo, destacar